Capacitación de Líderes
Lección 2: El Espíritu del Líder Espiritual
2 Timoteo 2:1-2 "Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros."
El apóstol Pablo nos recuerda que el líder espiritual debe fortalecerse en la gracia y ser intencional en discipular a otros, para que la obra de Dios sea multiplicada.
Filipenses 3:15-16 "Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa."
El espíritu del líder espiritual está marcado por un sentir común: vivir con pasión, entrega y enfoque en el propósito eterno de Dios.
1. Emoción: Entusiasmo = en-theos = Dios adentro
El entusiasmo verdadero no es solo emoción superficial; proviene de tener a Dios adentro, guiando y motivando al líder espiritual. Es vivir con una alegría y pasión contagiosas que inspiran a otros.
Filipenses 3:7-8:
"Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor."
Pablo muestra aquí una emoción intensa por Cristo, al valorar Su relación con Él por encima de cualquier cosa terrenal.
Filipenses 4:8:
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad."
El entusiasmo del líder espiritual se cultiva al meditar en las cosas que glorifican a Dios y llenan su espíritu de gozo y motivación.
Claves prácticas:
Alimente su entusiasmo mediante la oración y la Palabra.
Refleje su pasión por Dios en su vida diaria.
Inspire a otros a través de un entusiasmo contagioso.
2. Entrega: Vivir completamente para Cristo
La entrega total es fundamental para el espíritu del líder espiritual. Esto significa rendir todo a Dios: nuestros sueños, derechos y vida, reconociendo que somos suyos.
Filipenses 3:8-9:
"Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor; por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en Él."
La entrega de Pablo no fue parcial; renunció a todo para ganar a Cristo y ser hallado en Él.
1 Corintios 6:20:
"Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios."
Como líderes espirituales, debemos recordar que nuestra vida no nos pertenece; fuimos comprados con la sangre de Cristo.
Mateo 16:24:
"Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame."
El llamado al liderazgo espiritual es un llamado a la negación propia y a vivir sacrificialmente por Cristo.
Claves prácticas:
Haga un inventario espiritual: ¿Qué áreas de su vida necesitan rendir completamente a Dios?
Viva de manera sacrificial, sirviendo a otros antes que a sí mismo.
Recuerde diariamente que su vida pertenece a Dios y a Su propósito.
3. Enfoque: Mantener los ojos en el premio
Un líder espiritual no puede permitirse distracciones; debe enfocarse en el llamado que Dios le ha dado. Este enfoque implica olvidar lo que queda atrás y avanzar hacia el propósito eterno.
Filipenses 3:12-14:
"No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."
Pablo describe aquí un enfoque inquebrantable. Él no se distrae con los fracasos del pasado ni se conforma con los logros alcanzados, sino que persigue el premio celestial.
Claves prácticas:
Establezca metas claras en su vida espiritual y ministerio.
No permita que los errores pasados o los logros actuales le distraigan de su propósito.
Mantenga sus ojos en Cristo como su meta suprema.
El espíritu del líder espiritual está compuesto de:
Emoción: Un entusiasmo profundo nacido de una relación íntima con Dios (Fil. 3:7-8; Fil. 4:8).
Entrega: Una vida completamente rendida al Señor y a Su propósito (Fil. 3:8-9; 1 Cor. 6:20; Mt. 16:24).
Enfoque: Una determinación firme de avanzar hacia el llamado de Dios, dejando atrás todo lo que lo distrae (Fil. 3:12-14).
Aplicación final:
Un líder espiritual debe reflejar estas tres características no solo en palabras sino en acciones.
¿Estoy viviendo con entusiasmo por las cosas de Dios?
¿He entregado todo mi ser al servicio del Señor?
¿Estoy enfocado en el propósito eterno, sin distraerme?